El agua es indispensable para la realización de todas las funciones vitales. participa directa e indirectamente en todas las reacciones bioquimicas que se producen en el organismo. Es esencial para la correcta transmisión neuromuscular, para el sostenimiento del ritmo cardiaco y para una correcta función renal. En un adulto de 70 Kg de peso, la cantidad de agua corporal es del 60%, es decir, 42 Kg. Por lo tanto es fundamental mantener un correcto equilibrio hídrico.
El ingreso de agua en nuestro organismo se obtiene en su mayor parte por la ingestión de la misma, y en menor medida, por la existente en los alimentos y la producida en las reacciones de oxidación de los hidratos de carbono. En condiciones normales, la ingesta de liquidos debe situarse entre 2-2,5 litros al día. Este valor es orientativo y dependerá mucho del peso corporal, la actividad física que se desarrolle y el clima en que se habita.
En cuanto a las pérdidas de líquido, hay pérdidas llamadas insensibles, ya que no las podemos controlar. Se pierde agua por evaporación a través de las vías respiratorias y por difusión a través de la piel. La mayoría de las pérdidas de agua se producen por orina, heces y sudor. A continuación ponemos un ejemplo de pérdidas de liquido en condiciones normales y en situación de ejercicio intenso.
CONDICIONES NORMALES EN EJERCICIO INTENSO
Piel........................350ml Piel..........................350ml
Pulmones..............350ml Pulmones.................650ml
Sudor....................100ml Sudor........................5.000ml
Heces....................100ml Heces........................100ml
Orina.....................1.400ml Orina..........................500ml
TOTAL.................2.300ml TOTAL.....................6.600ml
Junto al agua, también se produce una pérdida de electrolitos tales como Sodio, Potásio, Cloro, Magnesio, Calcio, Manganeso, etc y vitaminas hidrosolubles. Estas pérdidas, si no se reponen, pueden suponer un fracaso en muchas funciones orgánicas esenciales, tales como la contracción muscular, obtención de energía, transmisión nerviosa, función renal y actividad cardiorespiratoria.
Cuando se realiza una actividad deportiva, las pérdidas de liquido se disparan siendo dos los sindromes que pueden ocasionarse en los deportistas:
- LA DESHIDRATACIÓN
- EL GOLPE DE CALOR
En ambos casos, las consecuencias pueden ser leves, si conseguimos reponer liquido y minerales en un breve espacio de tiempo o muy graves, pudiendo incluso ocasionar la muerte del deportista.
LA DESHIDRATACIÓN
Se trata de una pérdida de liquido por encima de los niveles de aporte del mismo. La deshidratación es un síndrome que acompaña a multitud de procesos patológicos, tales como infecciones gastrointestinales que cursen con vómitos y diarreas, procesos infecciosos que produzcan fiebres altas y prolongadas, alteraciones renales, hemorragias externas e internas y otros muchos cuadros.
Las alteraciones producidas por la deshidratación van a depender del tanto por ciento de liquido que se pierde y del tiempo que transcurre hasta que se repone. Así una pérdida del 1-2% ( 0.7 a 1.5 Kg ) da lugar a una intensa sed, pérdida de apetito, debilidad, fatiga y dolor de cabeza. Una pérdida de entre el 3-5% ( 2 a 2.2 Kg ) produce la aparición de sequedad de boca, escasa orina, dificultad en la concentración, hormigueo en las extremidades, nauseas y somnolencia.
Cuando ya se produce una pérdida considerable entre un 6-8% ( 4 a 6 Kg ) aumenta la temperatura corporal, aparecen taquicardias, taquipnea, mareos, dificultad en la respiración, debilidad muscular y gran confusión. Si la pérdida fuera superior a un 9% ( 6.5 a 8 Kg ) aparecen espasmos musculares, delirios, problemas de equilibrio, fallo renal, hipotensión severa, shock hipovolémico y muerte.
Para un deportista es esencial una correcta reposición de líquidos además de las sales minerales y vitaminas que se pierden con el sudor. Esta correcta hidratación debe comenzar antes de la practica del deporte y de manera continuada. No olvidemos que el agua no puede almacenarse en nuestro organismo por lo que debe ir aportándose a medida que se necesite. Por lo tanto antes de iniciar el ejercicio debemos aportar liquidos y sales minerales, así como una mezcla de carbohidratos de rápida y lenta metabolización de modo que no solo se favorezca la obtención de energía, sino también la de agua como consecuencia de su metabolismo.
Durante el ejercicio el aporte deberá ser contínuo. Se estima que deben reponerse unos 250 ml por cada 500 gr de peso que se pierde. Esta cantidad podría variar en función de la temperatura y humedad externas pero nos sirve como referencia. No conviene olvidar que un deficit de un 2% de liquido puede echar por tierra nuestro ejercicio.
Después del ejercicio es muy importante una hidratación de recuperación. Esta debe hacerse de una manera progresiva y prolongada en el tiempo ( al menos durante dos horas ) y debe acompañarse del aporte de electrolitos ( Sodio, Potasio, Magnesio, Calcio, etc ) y vitaminas ( B1,B2,B3,B6, C y E ). Esta hidratación debe acompañarse de un intenso aporte de proteína que permita una recuperación de la masa muscular.
A la hora de hidratar es muy importante hacerlo con bebidas que aporten, no solo los electrolitos y las vitaminas que necesitamos, sino en la forma adecuada para su mejor y más rápido aprovechamiento. Es aquí donde radica la principal diferencia entre las distintas bebidas de recuperación. No es lo mismo el aporte de un electrolito tal cual que en forma de sales, ya que en el segundo caso la absorción será mucho más rápida y efectiva.
Os invitamos a que echeis un vistazo a los productos H24 de Herbalife y compareis con otras bebidas existentes en el mercado. Toda la información podéis encontrarla en nuestra web www.nutresbien.com
Fdo: Luis González Martín
Las alteraciones producidas por la deshidratación van a depender del tanto por ciento de liquido que se pierde y del tiempo que transcurre hasta que se repone. Así una pérdida del 1-2% ( 0.7 a 1.5 Kg ) da lugar a una intensa sed, pérdida de apetito, debilidad, fatiga y dolor de cabeza. Una pérdida de entre el 3-5% ( 2 a 2.2 Kg ) produce la aparición de sequedad de boca, escasa orina, dificultad en la concentración, hormigueo en las extremidades, nauseas y somnolencia.
Cuando ya se produce una pérdida considerable entre un 6-8% ( 4 a 6 Kg ) aumenta la temperatura corporal, aparecen taquicardias, taquipnea, mareos, dificultad en la respiración, debilidad muscular y gran confusión. Si la pérdida fuera superior a un 9% ( 6.5 a 8 Kg ) aparecen espasmos musculares, delirios, problemas de equilibrio, fallo renal, hipotensión severa, shock hipovolémico y muerte.
Para un deportista es esencial una correcta reposición de líquidos además de las sales minerales y vitaminas que se pierden con el sudor. Esta correcta hidratación debe comenzar antes de la practica del deporte y de manera continuada. No olvidemos que el agua no puede almacenarse en nuestro organismo por lo que debe ir aportándose a medida que se necesite. Por lo tanto antes de iniciar el ejercicio debemos aportar liquidos y sales minerales, así como una mezcla de carbohidratos de rápida y lenta metabolización de modo que no solo se favorezca la obtención de energía, sino también la de agua como consecuencia de su metabolismo.
Durante el ejercicio el aporte deberá ser contínuo. Se estima que deben reponerse unos 250 ml por cada 500 gr de peso que se pierde. Esta cantidad podría variar en función de la temperatura y humedad externas pero nos sirve como referencia. No conviene olvidar que un deficit de un 2% de liquido puede echar por tierra nuestro ejercicio.
Después del ejercicio es muy importante una hidratación de recuperación. Esta debe hacerse de una manera progresiva y prolongada en el tiempo ( al menos durante dos horas ) y debe acompañarse del aporte de electrolitos ( Sodio, Potasio, Magnesio, Calcio, etc ) y vitaminas ( B1,B2,B3,B6, C y E ). Esta hidratación debe acompañarse de un intenso aporte de proteína que permita una recuperación de la masa muscular.
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Fdo: Luis González Martín