martes, 19 de noviembre de 2013

La Hipertensión Arterial. Una muerte silenciosa

Nuestro corazón bombea la sangre necesaria para la oxigenación y nutrición de los distintos órganos y tejidos, así como para regular nuestra temperatura corporal. La sangre es distribuida por un extenso sistema artero venoso regulado por el Sistema Nervioso Autónomo de una manera bastante compleja. A la cantidad de sangre que nuestro corazón bombea en un minuto se le denomina Gasto Cardiaco. En condiciones normales el Gasto Cardiaco suele ser de unos 5 litros en hombres y 4,5 litros en mujeres.
Nuestro Sistema Circulatorio está formado básicamente por dos tipos de vasos. Las arterias que se ocupan del transporte de la sangre oxigenada que tienen una potente musculatura lisa por lo que su capacidad de distensión es muy limitada. Por el contrario, la venas, que se encargan de transportar la sangre desoxigenada de vuelta al corazón y a los pulmones, tienen una gran capacidad de distensión actuando como auténticos reservorios de sangre.
 
El Sistema Circulatorio, al ser un sistema tubular, va a oponer una resistencia al paso de la sangre, resistencia que debe ser vencida para que la sangre circule. Para ello debe salir del corazón con una presión determinada. Desde un punto de vista fisiológico la resistencia al paso de la sangre depende de la longitud del circuito, de su diámetro y de la viscosidad de la sangre. En un individuo normal, la presión de salida del corazón como consecuencia de la contracción de los ventrículos o Presión Sistólica es de 120 mm de Hg. Con la finalidad de evitar un retroceso de la sangre, se debe mantener una cierta presión cuando los ventrículos se relajan. Esta presión o Presión Diastólica es de 80 mm de Hg. Por tanto, nuestra Tensión oscila, en condiciones normales entre 120 y 80 mm de Hg. A medida que avanza por nuestras arterias, se va perdiendo presión hasta llegar a ser practicamente 0 mm de Hg en la zona de intercambio capilar.
 
La Presión Arterial está regulada de una manera compleja por el Sistema Nervioso Autónomo en conjunción con nuestro Sistema Endocrino mediante la conjunción de estímulos nerviosos que desencadenan la liberación de ciertas sustancias ( cortisol, adrenalina, noradrenalina, aldosterona, etc ) que actúan sobre la musculatura lisa de los vasos sanguíneos provocando su contracción o su relajación.
Cuando la Presión Arterial supera los 140/90 mm de Hg comenzamos a hablar de Hipertensión Arterial (HTA). En el 80% de los casos la HTA tiene un origen genético o desconocido. Se trata de una HTA Primaria. Pero en el 20% restante se produce de manera secundaria a otros procesos como alteraciones renales, Hiperparatiroidismo, Adenoma Hipofisario, etc dando lugar a la HTA secundaria. Uno de estos problemas que cada vez está tomando más importancia en el mundo desarrollado es la HTA ligada a la Obesidad, siendo esta la más interesante desde un punto de vista nutricional.

El perfil del Accidente Cardiovascular es el de un individuo obeso, con Hipertensión Arterial, fumador, con un estilo de vida sedentario y sometido a un proceso de estrés continuo o con episodios frecuentes
 
Una dieta rica en carbohidratos de fácil asimilación da lugar a un incremento instantáneo del nivel de Glucosa en la sangre estimulando al Páncreas a la liberación de Insulina. Como este consumo no se acompaña de incremento en el gasto calórico el excedente de energía se utiliza en la formación de Triglicéridos que se acumulan en vísceras, tejido subcutáneo y músculos. Cuando esta situación se mantiene en el tiempo nos volvemos Insulino resistentes, es decir, aunque exista glucosa en sangre, nuestro organismo no la metaboliza y se desvía su utilización a la generación de más grasa. Este fenómeno se conoce como Diabetes Tipo II y se asocia a procesos de Obesidad. Este proceso se ve agravado en personas que llevan una vida sedentaria ya que no existe un incremento del gasto calórico asociado al incremento en el consumo de calorías.
 

El aumento de los Triglicéridos en sangre hace que se unan a las proteínas plasmáticas  dando lugar a Lipoproteínas. De estas, las de baja densidad ( LDL) se van a depositar en las paredes de los vasos sanguíneos infiltrándose en la capa muscular y dando lugar a dos efectos a cual más peligroso. Por un lado hace que las arterias pierdan elasticidad, volviéndose más rígidas y aumentando la resistencia al paso de la sangre. Por otro lado, esta placa ateromatosa crece hacia la luz del vaso sanguíneo, depositandose sobre ella sales minerales y células y fibrosandose dando lugar a una oclusión vascular. Cuando este proceso se produce en las arterias coronarias, la consecuencia puede ser el Infarto de Miocardio. Esta placa ateromatosa o parte de ella puede fragmentarse liberándose a la sangre y quedando atrapada en vasos de menor calibre en forma de Trombos ocasionando embolias e infartos en diferentes órganos, como el cerebro.
 
Otro factor que incrementa la presión arterial es el consumo de tabaco. La nicotina del tabaco se une a los receptores adrenérgicos situados en las sinapsis neuronales dando lugar a la liberación de catecolaminas que tienen un marcado carácter hipertensivo produciendo vasoconstricción intensa.
 
Un último aliado de la HTA es el estres. Ya vimos en un artículo anterior como un estres prolongado o episodios frecuentes de estres, estimulan la liberación de Cortisol que tiene dos efectos de gran incidencia. Por un lado estimula la metabolización de la Glucosa desviando su metabolismo hacia la formación de Triglicéridos y por otro incide en la liberación de Adrenalina con potente acción vasoconstrictora.
Placa Ateromatosa en la pared de una arteria
La HTA es un factor desencadenarte del Accidente Cardiovascular que afecta a una elevada cantidad de personas cada año. Este problema se reduciría drásticamente si fuéramos capaces de seguir unas pautas alimentarias y de estilo de vida algo más adecuadas. Nosotros proponemos un decálogo nutricional para la prevención de esta lacra.
 
  1. Reduce el consumo de azucares de elevado índice glucémico ( bollería industrial, harinas refinadas, etc ) y cámbialas por carbohidratos de lenta asimilación incrementando el consumo de fibra. Incorpora a tu dieta cereales, salvado, fruta y verdura.
  2. Reduce el consumo de grasas saturadas de origen animal ( quesos, embutidos ) e incrementa el consumo de aceites vegetales insaturados y acidos grasos Omega-3 y Omega-6. Cambia la leche entera por leche semidesnatada o desnatada. Incorpora a la dieta pescado azul. Utiliza el aceíte de oliva virgen para tus ensaladas y descubre los frutos secos crudos como almendra, nuéz y avellana.
  3. Cambia las frituras. La patata, alimento buenísimo, hazla cocida o al horno. Evitarás el consumo de radicales libres formados durante la fritura del aceíte.
  4. Reduce drasticamente el consumo de sal. No se trata de eliminarla de raiz. Investiga el sabor de condimentos como ajo, orégano, perejil, tomillo, etc. Recuerda que muchos alimentos ya contienen la cantidad diaria de sal recomendada. No eches más leña al fuego.
  5. Consume más de 2 litros de agua diarios. Con ello mejorarás la función digestiva y renal eliminando sustancias de desecho perjudiciales para nuestro organismo y el exceso de Sodio.
  6. Reduce al máximo el consumo de alimentos excitantes tales como la cafeína, el chocolate y otros compuestos similares que tienen efecto vasoconstrictor.
  7. Evita en lo posible generarte situaciones de estrés gratuitas aprendiendo a manejar las situaciones conflictivas y a usar técnicas de relajación. No te lo lleves puesto.
  8. Incorpora a tu rutina diária al menos 30 minutos de paseo rápido. Solo, con tu famila, con los amigos, con tu perro. Ayuda a incrementar tu gasto calórico de manera suave y aeróbica. Esto lo agradece tu corazón.
  9. Modera el consumo de bebidas alcoholicas de alta gradación. Con ellas estás incorporando un exceso de calorías y propiciando el efecto rebote que origina la vasodilatación que genera el alcohol.
  10. He dejado para el final no se si el más importante de todos, pero desde luego sí uno de los más dañinos para nuestra salud. El consumo de tabaco. Consciente de la dificultad que supone dejar de fumar solo te dejo una reflexión. El mejor regalo que puedes hacerte nunca es abandonar el hábito tabaquico. Ahorrarás dinero y ganarás salud.


Como conclusión decir que la HTA es un proceso oculto. No da la cara. No tiene una sintomatología clara a menos que esté muy alterada. Recomiendo que al menos una vez al mes te des un paseíto por la farmacia y te tomes la tensión. Si ves que en un par o tres de veces que te la tomes la tienes por encima de 140/90 mm de Hg acude al médico. Tener controlada la tensión Arterial es un seguro de vida
 
 
 
 
 
Fdo: Luis González Martín

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