lunes, 25 de noviembre de 2013

Los Acidos Grasos de Cadena Media. Aliados de nuestra salud

Los ácidos grasos de cadena media (AGCM) son compuestos de origen lipídico que contienes de 6 a 12 átomos de carbono. Su principal característica, y lo que los hace tan particulares, es que se metabolizan  de manera distinta a los ácidos grasos de cadena larga. Ello les da una gran importancia desde un punto de vista nutricional y para la obtención de la energía corporal.
 
Los AGCM más importantes son el Ácido Caprico, Ácido Caproico y Ácido Laurico que se encuentran en la leche de cabra, aceite de coco y aceite de palma. Estos compuestos tienen una característica común, son bastante más hidrosolubles que los ácidos grasos de cadena larga, por lo que su absorción a través de la membrana intestinal es mucho más rápida.

Las grasas son absorbidas en el Intestino Delgado. Para que esto se produzca es necesario que previamente sean parcialmente metabolizadas ya que de lo contrario, debido a su gran tamaño, no podrían ser absorbidas por la mucosa intestinal. De esta metabolización se ocupa la Lipasa Pancreática que es una enzima que ataca a las grasas descomponiéndolas en Triglicéridos y Ácidos Grasos. Para que esto ocurra es necesario que las grasas sean previamente emulsionadas de lo cual se encargan las sales biliares segregadas por el hígado. Este proceso es el más lento de toda la digestión y es lo que nos da esa sensación de digestión pesada cuando ingerimos muchas grasas.
 
Una vez descompuestas las grasas en Ácidos Grasos, son absorbidos por las células intestinales. En el interior de estas células vuelven a formarse los Triglicéridos que van a pasar al Sistema Linfático en forma de unos glóbulos llamados Quilomicrones que contienen también proteínas transportadoras. De aquí pasan a la sangre donde se distribuyen por los diferentes tejidos.

En el caso de los AGCM el proceso de absorción y por tanto de utilización es mucho más rápido. La mayoría de ellos son metabolizados en la boca y en el estómago, por lo que cuando llegan al intestino son ya tan pequeños que se absorben casi de inmediato. No pasan al sistema linfático sino que lo hacen directamente a la sangre por lo que su disposición por parte de los tejidos es muy rápida. A esto hay que unir el hecho de que estos compuestos, una vez que llegan a las células que necesitan energía, se utilizan de inmediato, mientras que los ácidos grasos de cadena larga, como el oleico, linoleico o esteárico, deben ser transformados previamente a su uso.

Otra característica de estos compuestos es que no se acumulan en el tejido adiposo blanco, que es el responsable de los depósitos de grasa que se generan en los cuadros de obesidad. Por contra se acumulan en el tejido adiposo marrón que se caracteriza por tener una grasa de mayor carácter termogénico y por tanto de mayor movilidad a la hora de quemarse para producir energía.

BENEFICIOS DEL CONSUMO DE AGCM

El aporte a nuestra dieta de estos ácidos grasos tiene bastantes efectos beneficiosos que debemos tener en cuenta a la hora de buscar una alimentación más sana y equilibrada.

En primer lugar, en los niños prematuros, o cuando las madres tienen problemas para desarrollar una lactación natural, se ha demostrado que la incorporación de estos compuestos a las leches maternizadas se evita la oxidación de los ácidos grasos insaturados, muy necesarios en esta época de la vida para favorecer la función visual y para el desarrollo del cerebro y de nuestro sistema nervioso.

Los ácidos grasos de cadena media favorecen la absorción del calcio. La concentración de calcio en sangre, indispensable para la formación y sostenimiento del esqueleto, así como para que se produzca la actividad muscular se ve incrementada en individuos que incorporan a su dieta AGCM procedentes por ejemplo de la leche de cabra, respecto a aquellos que consumen leche de vaca. Esto se debe a que este tipo de ácidos grasos forman con el calcio unas micelas de muy pequeño tamaño que son de mejor absorción en nuestro intestino.

Debido a su mecanismo de absorción, estos nutrientes no entran a formar parte de los quilomicrones que transportan a los Triglicéridos y grasas complejas como el colesterol por el sistema linfático. El consumo de soja y leche de cabra ha demostrado un importante descenso en la formación de Lipoproteínas de baja densidad ( LDL ) que son las responsables del depósito del colesterol en la pared de los vasos sanguíneos. Su incorporación a la dieta en sustitución de las grasas saturadas tiene un indudable efecto cardiosaludable.
 
Por último, estos nutrientes tienen un gran efecto termogénico, siendo muy utilizados por nutrólogos y dietistas en los programas de control de peso. Su mecanismo de actuación a este nivel es doble. por un lado influyen en el metabolismo de la glucosa. Su presencia en sangre induce una menor descarga de insulina, que es la hormona responsable de la metabolización de la glucosa para la producción de energía, que si no utilizamos se transforma en grasa que se acumula en el tejido adiposo subcutáneo y visceral. Pero por otro lado, estos compuestos actúan favoreciendo la movilización de los depósitos grasos ya existentes y por tanto incrementado la producción de energía a partir de las grasas acumuladas que se desprende en forma de calor.

Por todo lo que he comentado anteriormente, es muy recomendable la incorporación a nuestra dieta de estos nutrientes en sustitución de parte de las grasas saturadas que consumimos habitualmete. En el caso de los AGCM es algo más complicado que con otros nutrientes ya que no son muy abundantes en los distintos tipos de alimentos. Los podemos encontrar en la leche de cabra, aceite de coco, aceite de palma y en la soja entre otros.

En este caso lo que recomiendo es consumirlos por medio de suplementos alimenticios ya formulados y que suelen existir en herbolarios y parafarmacias al estilo de lo que se hace para la incorporación de ácidos Omega-3 y Omega-6. Su incorporación nos va a ayudar a controlar nuestro peso, a mejorar nuestro balance energético y además a proteger a nuestro sistema cardiovascular

Fdo: Luis González Martín



 

martes, 19 de noviembre de 2013

La Hipertensión Arterial. Una muerte silenciosa

Nuestro corazón bombea la sangre necesaria para la oxigenación y nutrición de los distintos órganos y tejidos, así como para regular nuestra temperatura corporal. La sangre es distribuida por un extenso sistema artero venoso regulado por el Sistema Nervioso Autónomo de una manera bastante compleja. A la cantidad de sangre que nuestro corazón bombea en un minuto se le denomina Gasto Cardiaco. En condiciones normales el Gasto Cardiaco suele ser de unos 5 litros en hombres y 4,5 litros en mujeres.
Nuestro Sistema Circulatorio está formado básicamente por dos tipos de vasos. Las arterias que se ocupan del transporte de la sangre oxigenada que tienen una potente musculatura lisa por lo que su capacidad de distensión es muy limitada. Por el contrario, la venas, que se encargan de transportar la sangre desoxigenada de vuelta al corazón y a los pulmones, tienen una gran capacidad de distensión actuando como auténticos reservorios de sangre.
 
El Sistema Circulatorio, al ser un sistema tubular, va a oponer una resistencia al paso de la sangre, resistencia que debe ser vencida para que la sangre circule. Para ello debe salir del corazón con una presión determinada. Desde un punto de vista fisiológico la resistencia al paso de la sangre depende de la longitud del circuito, de su diámetro y de la viscosidad de la sangre. En un individuo normal, la presión de salida del corazón como consecuencia de la contracción de los ventrículos o Presión Sistólica es de 120 mm de Hg. Con la finalidad de evitar un retroceso de la sangre, se debe mantener una cierta presión cuando los ventrículos se relajan. Esta presión o Presión Diastólica es de 80 mm de Hg. Por tanto, nuestra Tensión oscila, en condiciones normales entre 120 y 80 mm de Hg. A medida que avanza por nuestras arterias, se va perdiendo presión hasta llegar a ser practicamente 0 mm de Hg en la zona de intercambio capilar.
 
La Presión Arterial está regulada de una manera compleja por el Sistema Nervioso Autónomo en conjunción con nuestro Sistema Endocrino mediante la conjunción de estímulos nerviosos que desencadenan la liberación de ciertas sustancias ( cortisol, adrenalina, noradrenalina, aldosterona, etc ) que actúan sobre la musculatura lisa de los vasos sanguíneos provocando su contracción o su relajación.
Cuando la Presión Arterial supera los 140/90 mm de Hg comenzamos a hablar de Hipertensión Arterial (HTA). En el 80% de los casos la HTA tiene un origen genético o desconocido. Se trata de una HTA Primaria. Pero en el 20% restante se produce de manera secundaria a otros procesos como alteraciones renales, Hiperparatiroidismo, Adenoma Hipofisario, etc dando lugar a la HTA secundaria. Uno de estos problemas que cada vez está tomando más importancia en el mundo desarrollado es la HTA ligada a la Obesidad, siendo esta la más interesante desde un punto de vista nutricional.

El perfil del Accidente Cardiovascular es el de un individuo obeso, con Hipertensión Arterial, fumador, con un estilo de vida sedentario y sometido a un proceso de estrés continuo o con episodios frecuentes
 
Una dieta rica en carbohidratos de fácil asimilación da lugar a un incremento instantáneo del nivel de Glucosa en la sangre estimulando al Páncreas a la liberación de Insulina. Como este consumo no se acompaña de incremento en el gasto calórico el excedente de energía se utiliza en la formación de Triglicéridos que se acumulan en vísceras, tejido subcutáneo y músculos. Cuando esta situación se mantiene en el tiempo nos volvemos Insulino resistentes, es decir, aunque exista glucosa en sangre, nuestro organismo no la metaboliza y se desvía su utilización a la generación de más grasa. Este fenómeno se conoce como Diabetes Tipo II y se asocia a procesos de Obesidad. Este proceso se ve agravado en personas que llevan una vida sedentaria ya que no existe un incremento del gasto calórico asociado al incremento en el consumo de calorías.
 

El aumento de los Triglicéridos en sangre hace que se unan a las proteínas plasmáticas  dando lugar a Lipoproteínas. De estas, las de baja densidad ( LDL) se van a depositar en las paredes de los vasos sanguíneos infiltrándose en la capa muscular y dando lugar a dos efectos a cual más peligroso. Por un lado hace que las arterias pierdan elasticidad, volviéndose más rígidas y aumentando la resistencia al paso de la sangre. Por otro lado, esta placa ateromatosa crece hacia la luz del vaso sanguíneo, depositandose sobre ella sales minerales y células y fibrosandose dando lugar a una oclusión vascular. Cuando este proceso se produce en las arterias coronarias, la consecuencia puede ser el Infarto de Miocardio. Esta placa ateromatosa o parte de ella puede fragmentarse liberándose a la sangre y quedando atrapada en vasos de menor calibre en forma de Trombos ocasionando embolias e infartos en diferentes órganos, como el cerebro.
 
Otro factor que incrementa la presión arterial es el consumo de tabaco. La nicotina del tabaco se une a los receptores adrenérgicos situados en las sinapsis neuronales dando lugar a la liberación de catecolaminas que tienen un marcado carácter hipertensivo produciendo vasoconstricción intensa.
 
Un último aliado de la HTA es el estres. Ya vimos en un artículo anterior como un estres prolongado o episodios frecuentes de estres, estimulan la liberación de Cortisol que tiene dos efectos de gran incidencia. Por un lado estimula la metabolización de la Glucosa desviando su metabolismo hacia la formación de Triglicéridos y por otro incide en la liberación de Adrenalina con potente acción vasoconstrictora.
Placa Ateromatosa en la pared de una arteria
La HTA es un factor desencadenarte del Accidente Cardiovascular que afecta a una elevada cantidad de personas cada año. Este problema se reduciría drásticamente si fuéramos capaces de seguir unas pautas alimentarias y de estilo de vida algo más adecuadas. Nosotros proponemos un decálogo nutricional para la prevención de esta lacra.
 
  1. Reduce el consumo de azucares de elevado índice glucémico ( bollería industrial, harinas refinadas, etc ) y cámbialas por carbohidratos de lenta asimilación incrementando el consumo de fibra. Incorpora a tu dieta cereales, salvado, fruta y verdura.
  2. Reduce el consumo de grasas saturadas de origen animal ( quesos, embutidos ) e incrementa el consumo de aceites vegetales insaturados y acidos grasos Omega-3 y Omega-6. Cambia la leche entera por leche semidesnatada o desnatada. Incorpora a la dieta pescado azul. Utiliza el aceíte de oliva virgen para tus ensaladas y descubre los frutos secos crudos como almendra, nuéz y avellana.
  3. Cambia las frituras. La patata, alimento buenísimo, hazla cocida o al horno. Evitarás el consumo de radicales libres formados durante la fritura del aceíte.
  4. Reduce drasticamente el consumo de sal. No se trata de eliminarla de raiz. Investiga el sabor de condimentos como ajo, orégano, perejil, tomillo, etc. Recuerda que muchos alimentos ya contienen la cantidad diaria de sal recomendada. No eches más leña al fuego.
  5. Consume más de 2 litros de agua diarios. Con ello mejorarás la función digestiva y renal eliminando sustancias de desecho perjudiciales para nuestro organismo y el exceso de Sodio.
  6. Reduce al máximo el consumo de alimentos excitantes tales como la cafeína, el chocolate y otros compuestos similares que tienen efecto vasoconstrictor.
  7. Evita en lo posible generarte situaciones de estrés gratuitas aprendiendo a manejar las situaciones conflictivas y a usar técnicas de relajación. No te lo lleves puesto.
  8. Incorpora a tu rutina diária al menos 30 minutos de paseo rápido. Solo, con tu famila, con los amigos, con tu perro. Ayuda a incrementar tu gasto calórico de manera suave y aeróbica. Esto lo agradece tu corazón.
  9. Modera el consumo de bebidas alcoholicas de alta gradación. Con ellas estás incorporando un exceso de calorías y propiciando el efecto rebote que origina la vasodilatación que genera el alcohol.
  10. He dejado para el final no se si el más importante de todos, pero desde luego sí uno de los más dañinos para nuestra salud. El consumo de tabaco. Consciente de la dificultad que supone dejar de fumar solo te dejo una reflexión. El mejor regalo que puedes hacerte nunca es abandonar el hábito tabaquico. Ahorrarás dinero y ganarás salud.


Como conclusión decir que la HTA es un proceso oculto. No da la cara. No tiene una sintomatología clara a menos que esté muy alterada. Recomiendo que al menos una vez al mes te des un paseíto por la farmacia y te tomes la tensión. Si ves que en un par o tres de veces que te la tomes la tienes por encima de 140/90 mm de Hg acude al médico. Tener controlada la tensión Arterial es un seguro de vida
 
 
 
 
 
Fdo: Luis González Martín

domingo, 3 de noviembre de 2013

La Gastritis

Es estómago es uno de los órganos que interviene en la correcta digestión de los alimentos. Para entender los problemas derivados de su mal funcionamiento vamos a ver primero cual es su función en el proceso digestivo. Como consecuencia de la entrada del alimento en el estómago, este se distiende produciendo dos estímulos nerviosos simultáneos controlados por el Sistema Nervioso Autónomo. Por un lado manda un estímulo al Centro de la Saciedad situado en el Hipotálamo inhibiendo la sensación de hambre, y por otro, estimula la producción de una hormona, la Gastrina, que tiene dos efectos importantes en la digestión.
 
 La Gastrina estimula la secreción de ácido clorhídrico imprescindible para que se desencadene la parte del proceso digestivo que se lleva a cabo en el estómago. Pero la Gastrina tiene también un papel muy importante favoreciéndo el crecimiento y renovación de la mucosa gástrica. Esta acidez que se produce, en primer lugar inhibe la digestión de los Hidratos de Carbono que había comenzado en la boca por medio de la inhibición de la Amilasa salivar. En segundo lugar inhibe la metabolización de las grasas por lo que estas van a pasar intactas al intestino. En tercer lugar estimula la formación de Pepsina, una enzima encargada de iniciar la degradación de las proteínas de la dieta.
 
El estómago tiene potentes fibras musculares lisas en su pared. Su contracción y relajación durante el proceso digestivo favorece la mezcla del bolo alimenticio con el ácido y el agua formándose una masa homogenea llamada Quimo que pasará al intestino favoreciendo el posterior ataque de las enzimas intestinales y pancreáticas así como la absorción de los nutrientes contenidos en el alimento.

La Gastritis es la inflamación de la mucosa del estómago que da lugar a una serie de alteraciones que impiden su correcta funcionalidad. Dependiendo de su duración en el tiempo podemos diferenciar la Gastritis Aguda que es un episodio puntual pero muy intenso y la Gastritis Crónica en la cual las alteraciones se prolongan en el tiempo.

Las causas que originan gastritis pueden ser muy variadas. Las hay de origen infeccioso como la producida por Helicobacter Pylori, una bacteria que bajo ciertas condiciones de reducción de nuestras defensas libera una potente toxina que lesiona gravemente la mucosa intestinal produciendo la gastritis y la úlcera gástrica. También hay infecciones producidas por Rota virus y Corona virus que producen gastritis. También se produce en algunos procesos auto inmunes como la anemia perniciosa por falta de absorción de la vitamina B12. Hay causas de origen físico como consecuencia de la ingestión de alimentos demasiado fríos o calientes e incluso por algún elemento que dañe la mucosa como fragmentos de huesos, etc.

Especial atención le vamos a dedicar a las causas de origen alimentario unidas también a nuestro estilo de vida. Entre estas debemos destacar el consumo de sustancias que tienen un efecto irritante para la mucosa intestinal como el consumo de alcohol, el tabaco, el café, las bebidas carbonatadas gaseosas. El consumo de alimentos ricos en grasas saturadas, así como los embutidos contribuyen a esta inflamación de la mucosa.

Una causa importante es el consumo de determinados fármacos como el ácido acetilsalicilico y los antiinflamatorios no esteroideos como Ibuprofeno y Naproxeno. El estres es un factor muy importante en la aparición de las gastritis. En situaciones de estres se libera Adrenalina que estimula la secreción de ácido gástrico reduciendo drasticamente el PH del estómago.


Una gastritis aguda produce en primer lugar un intenso dolor abdominal en su parte alta como consecuencia del hiperperistaltimo que se asocia a este proceso. Se producen vómitos que pueden contener sangre si se trata de una gastritis ulcerosa. Aparece falta de apetito. Si es de origen infeccioso se acompaña de fiebre y malestar general. Se acumula gas por la alteración digestiva dando lugar a eructos. El mantenimiento de esta situación en el tiempo puede desencadenar una deshidratación por la ausencia de absorción de líquidos.

Si la gastritis se va produciendo poco a poco, como ocurre en el caso de las de origen alimentario asociadas a nuestro estilo de vida, el proceso se cronifica ocasionando molestias abdominales, acidez de estómago con reflujos hacia la boca, fiebres ocasionales y un cuadro de pérdida de peso progresiva. A ciertas edades este proceso puede desencadenar en Cancer de Estómago. Este cancer maligno supone un 10% del total de los cánceres diagnosticados y se asocia sobre todo al consumo de alcohol y tabaco.

En la prevención de la gastritis influyen mucho los habitos alimentarios. No debemos abusar de las grasas saturadas en nuestra dieta ya que ralentizan los procesos digestivos del estómago haciendo que el alimento permanezca mas tiempo en el estómago y por lo tanto expuestos a la acidez. Los embutidos contienen nitritos que lesionan la mucosa gástrica.

Es muy importante dividir la ingesta diaria de alimentos en mas de tres tomas diarias con la finalidad de evitar ingestas voluminosas que dilaten la pared del estómago e induzcan la liberación de grandes cantidades de ácido. Es muy importante evitar las situaciones estresantes que además de la liberación de catecolaminas van asociadas a una mala alimentación ya que en estas situaciones abusamos de la comida rápida, rica en fritos, grasas saturadas y azucares refinados.

Reducir en la medida de lo posible la ingestión de productos irritantes para la mucosa gástrica, tales como alcohol, tabaco, café, comidas picantes o excesivamente condimentadas asegurará un mejor sostenimiento de nuestro estómago. El consumo diario de al menos 2 litros de agua favorece el tránsito digestivo y contribuye a diluir la acidez gástrica. Muy importante reforzar nuestra alimentación con el consumo de frutas y verduras que aportan la fibra necesaria para acelerar el paso de los alimentos por el estómago evitando estancias prolongadas del alimento en este órgano.

Por último quiero resaltar los enormes beneficios que el jugo de Aloe Vera tiene en la prevención y en el alivio de los síntomas de la gastritis. Este jugo contiene Aloemodina, Aloeleína y Aloetina que tienen efecto protector de la mucosa gástrica favoreciéndo su recuperación. Tienen efecto antiinflamatorio y bactericida neutralizando las toxinas producidas por Helicobacter Pylori. Tomar un vaso de agua con jugo de Aloe antes de cada comida es algo muy beneficioso para nuestro estómago.



Fdo: Luis González Martín